Te levantabas muy temprano, cuando sentía tus pasos me levantaba yo a hacer el café y sostener nuestras conversaciones matutinas, era una rutina que no se rompía de ninguna manera, siempre era igual, aquí o allá, la diferencia es que aquí, solo conversábamos no hacías nada, solo conversar y darme la compañía, esa misma que extraño, todos los días de mi vida, reíamos, arreglábamos el mundo, lo volvíamos a desordenar, imaginábamos como serían las cosas dentro de unos años, pocas veces, muy pocas veces lo hacíamos pensando que alguna de las dos no estuviera, alguna vez dijimos que cuando tu ya no estuvieras seguramente ya nadie querría venir a verme ... tan lejos que estoy, donde el diablo perdió la ropa, y creo que no nos equivocábamos en nuestras apreciaciones, solo el tiempo lo dirá.

El tiempo ha pasado ya, y por aquí nadie ha venido, no hay día de mi vida que no me despierte pensándote, no hay día que Mathi y yo no recemos por ti, para que nos acompañes siempre, esas oraciones que tu le enseñaste son las que el reza todas las noches y me dice que te extraña mucho, que siempre te recuerda y que sueña contigo, tu dejaste una huella muy profunda en mi pequeño hijo, me encargaré de que siempre permanezcas en su recuerdo y en su corazón, él es un niño de buenos sentimientos, de sangre dulce, seguramente no te olvidará y seguirá rezandote todas las noches. Yo por mi parte creo que moriré extrañando tus abrazos y tus te amos. Dejaste un vacío demasiado grande en nuestras vidas, cada quién te extraña y te añora a su manera, y me quedé con las ganas de viajar a la playa contigo y de montarme en un crucero, cuando lo haga, seguro irás conmigo. Te amo mucho mamita. Se que Dios te tiene en el mejor lugar del cielo y eso me hace muy feliz, ya era bueno que dejaras de sufrir dolores y por las personas, ahora toca que seas feliz.